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Movimiento Chipko en India

Las abrazadoras de árboles

“Abraza nuestros árboles, sálvalos de su caída. El dominio de nuestras montañas, sálvalo de la depredación”

Cuando los ingleses colonizaron la India descubrieron el maravilloso tesoro forestal de sus interminables bosques, y entonces comenzó la tala indiscriminada de árboles para la insaciable industria maderera, regenteada después por los propios indios. Hasta que, en la década de 1970, comenzaron a verse las desastrosas consecuencias de la deforestación: los arroyos desaparecían, se producían grandes inundaciones con desprendimientos de tierras, las sequías se agravaban y había una mayor escasez de combustible y de alimento para el ganado.

Las campesinas indias, humildes y analfabetas, sabían bien que los bosques eran los que les proveía de todo lo necesario para el sustento: el agua, la comida, el combustible, el forraje y las medicinas. Por lo que decidieron abrazarse a los árboles para evitar que los cortaran…Y se enfrentaron con las manos desnudas a los poderosos intereses económicos de la, hasta entonces, principal industria de la India. También chocaron con sus maridos, que se quedaban sin sus principales ingresos. Los funcionarios forestales las intimidaron y presionaron para que abandonaran su protesta. Les dijeron que eran unas tontas ignorantes, La respuesta de las mujeres, cantada por todas, fue:

 “¿Qué dan los bosques? Dan agua, tierra y aire puro.. Sustentan la Tierra y todo lo que ella da”.

Así nació el movimiento Chipko, que significa “abrazo”. Realmente, lo que hacían era atarse a sus troncos. Cada activista adoptaba un árbol y se ataba a él, intentando resistir hasta el agotamiento.

En 1978, unas devastadoras inundaciones demostraron que las mujeres Chipko habían tenido razón. Y en 1981 el gobierno prohibió la tala de árboles. Poco después, el movimiento Chipko, ya organizado, inició una campaña masiva de plantación.

Observando atentamente lo que pasaba, una joven universitaria que estudiaba física nuclear decidió unirse a las Chipko y se convirtió en una de sus principales activistas. Era Vandana Shiva. Más tarde, Vandana compaginó su brillante carrera con la tarea de luchar por sus ideales. Física, filósofa y escritora, pionera del ecofeminismo, galardonada con el premio Nobel Alternativo en 1993, Vandana Shiva recorre el mundo dando conferencias a favor de la paz y del cuidado de la vida.

El ecofeminismo, del que es abanderada, representa la convergencia entre la ecología y el feminismo, una síntesis tan antigua como la vida misma. Desde siempre las mujeres han estado a cargo de las tareas del cuidado y del mantenimiento de la vida.

”Los árboles son las columnas del mundo, cuando se habrán cortado los últimos árboles, el cielo caerá sobre nosotros” (Proverbio indio)

“Abraza a un árbol para sentirte mejor”

“Treehugger” (abrazadores de árboles) es un término que se utiliza como un insulto contra los ambientalistas, pero que felizmente han adoptado. Es una manera notoria que muestra que una persona se preocupa por los árboles. Pero científicos aseguran que abrazar árboles vale mucho más que eso. 

Sin embargo, algunos estudios confirman que tener una cercanía directa con los bosques y una interacción constante con la naturaleza solo redunda en beneficios físicos y mentales sino también en una mejor educación y protección ambiental.

De hecho, lo contrario a esto ha sido descrito como el trastorno por déficit de naturaleza y ya hay médicos que prescriben visitas a áreas protegidas para mejorar el ánimo y el ritmo cardíaco de sus pacientes.

“Los espacios verdes seguros pueden ser tan eficaces como los medicamentos recetados en el tratamiento de algunas enfermedades mentales”, explicaron científicos de la Universidad de Stanford.

Desde el 2014, el autor Matthew Silverstone había alertado en su libro Blinded by science que los árboles mejoran muchos problemas de salud como: Las enfermedades mentales, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), los niveles de concentración, los tiempos de reacción, la depresión y la capacidad de aliviar los dolores de cabeza.

Abrazar a un árbol para sentirse mejor. Esta es la doctrina que subyace a la arboterapia o silvoterapia. De ello siempre han sido muy conscientes los koalas, que abrazan a sus queridos eucaliptos o acacias para refrescarse durante los calientes veranos de Australia. Estos animales combaten el calor poniendo la mayor superficie posible del cuerpo en contacto con el tronco, así se refrescan sin tener que sudar como los seres humanos, perder líquidos y por tanto tener que bajar a beber. Sin embargo, la arboterapia no consiste sólo en la práctica de abrazar arboles, sino también en frecuentar bosques, práctica particularmente eficaz para aquellos que sufren de asma bronquial, bronquitis crónica, hipertensión arterial, nerviosismo e insomnio.

Las vitaminas del aire.  La arboterapia sostiene que el aire de los bosques es beneficioso, ya que contiene grandes cantidades de iones negativos de oxígeno, que ayudan a estimular y armonizar los procesos vitales, la esfera psíquica y emocional.

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